Entre las muchas lecciones que como individuos y como sociedad hemos aprendido en estos 2 años ya de pandemia destaca una: la fuerza del deber, generosidad y pasión que cada sanitario/a en España ha demostrado en el ejercicio de su profesión. Las urgentes necesidades coyunturales provocadas por la crisis sanitaria han puesto en el centro de la actualidad a un colectivo que sigue siendo el bastión al que se aferran todos los pacientes (de covid y de otras muchas patologías) que tenemos en los hospitales. Horas y horas en largas jornadas laborales donde, desafortunadamente, no siempre han contado con el mejor equipamiento y los recursos apropiados para el desarrollo profesional. Como por ejemplo el calzado sanitario cerrado, que en picos altos de ingresos hospitalarios por covid, han escaseado obligando a muchos/as a improvisar zapatillas caseras para poder trabajar en dobles turnos o varios días seguidos para dar respuesta a las necesidades del momento.
Incluso todas estas intensas jornadas laborales han propiciado la irrupción de diversos problemas podológicos en médicos, enfermeros/as, camilleros/as y demás personal hospitalario y de centros médicos por no usar un calzado sanitario cerrado u otra modalidad homologada para tales ejercicios laborales.
A raíz de la exposición mediática de jornadas laborales interminables, semanas sin descanso laboral, etc, ha crecido el interés popular por este tipo de calzado, el sanitario, que por sus características también puede ser empleado, además de en la hostelería como ya se viene usando desde hace años, en otros tipos de trabajo como el administrativo, por ejemplo. No nos extrañamos por tanto de las muchas consultas que hemos recibido en Zapaterías Bogas al respecto de cómo debería ser el calzado sanitario adecuado. Lo aclaramos a continuación .
La importancia del uso de calzado sanitario cerrado
Pocos trabajos más agitados e incansable en los tiempos que corren que el de los sanitarios/as. De hecho, antes de la pandemia, estos profesionales ya recorrían los pasillos de los hospitales y de las salas de tratamiento durante extensas jornadas laborales .
Por todo este ajetreo, es muy común que el personal médico de los centros de salud suela presentar dolores de espalda, calambres en las piernas y problemas podológicos. Sobre todo cuando no utiliza el calzado sanitario cerrado adecuado.
Este tipo de calzado es un imprescindible que marca la diferencia cuando hablamos de jornadas de 12 horas o más de trabajo. A ver, nada nos prohíbe ponernos y caminar con cualquier otro tipo de zapato o zapatilla por los centros de salud, pero si queremos reducir los riesgos de sufrir afecciones serias a largo plazo, es fundamental asegurarnos de que el calzado que usemos en los entornos sanitarios sea el indicado y homologado .
La razón es simple: el cuerpo humano tiene 206 huesos, el pie 26; los dos pies juntos constituyen, por tanto, una cuarta parte de todo nuestro esqueleto. Emplear un par de zapatos inadecuados implica la posible aparición de una serie de afecciones, como, por ejemplo:
- Dolores de espalda
- Sensación de cansancio excesivo
- Malestar general
- Deformaciones (con el tiempo) en el pie
- Dolor de rodilla
- Problemas en la cadera
No hay duda, por tanto, que el uso del calzado sanitario cerrado correcto es imprescindible para apoyar la espalda y propiciar el bienestar general de los pies. Todo con la finalidad de mitigar la sensación de cansancio y evitar la aparición de dolencias en diferentes zonas del cuerpo.
Características que debería tener un zapato para sanitarios
Comprar calzado sanitario cerrado no es tan fácil como parece, especialmente por las cualidades que deben aglutinar para cubrir las necesidades de los profesionales de la salud. ¿Las conocéis? Veamos cuáles son:
Comodidad, ante todo
Ya sabéis que la adquisición de un nuevo par de zapatos puede tener un efecto considerable sobre la salud de quien los lleve y afectar a su desempeño laboral, especialmente del personal sanitario. Es lógico si lo pensamos. La intensa actividad intrínseca que se soporta en este sector obliga a sus protagonistas a calzar modelos resistentes, ergonómicos y confortables para soportar sin consecuencias el peso del cuerpo durante todo el día.
La comodidad del calzado sanitario cerrado (y por supuesto también abierto) es innegociable.
Existen algunos criterios de comodidad que debemos conocer sobre una modalidad de calzado tan singular (y que como antes mencionamos, comienza a utilizarse en sectores diferentes al sanitario):
- El confort estático: Se refiere al confort del calzado cuando el pie está en reposo. Esta premisa es especialmente adecuada para quienes trabajan constantemente en la oficina.
- Comodidad dinámica: Hace alusióna la facilidad que requieren los pies cuando están en movimiento. De hecho, los movimientos que realizamos modifican el tamaño, las dimensiones y la forma del pie. Por ello, resulta importante elegir unos modelos flexibles que se adapten a cualquier gesto.
- El confort térmico: Un calzado que no proporcione ventilación a los pies podría generar deformaciones provocadas por el calor y la humedad, aumentando el volumen de esta zona del cuerpo
Ergonomía y estética combinadas
Teniendo en cuenta que el calzado médico es un equipamiento imprescindible, antes de comprar ningún modelo, lo idóneo es probárselos para comprobar que están hechos para nosotras/os en términos de comodidad y ergonomía. Si ya conocemos la marca y el modelo (porque ya los hemos usado en el pasado), la vía de la compra online también entra en juego.
Ya sabemos que, en la mayoría de casos, las personas tenemos un pie algo más largo que el otro . Debemos saber esto en el momento de adquirir los zapatos sanitarios de hombre adecuados para nosotros, al igual que el adecuado para las mujeres.
En cuanto a la estética del calzado sanitario cerrado, hay modelos en la actualidad mucho más vistosos que en el pasado, con igual o mejores prestaciones de durabilidad y confort.
Higiénicos y fácilmente lavables
El ámbito de la salud establece reglas muy rigurosas con respecto a la higiene debido a que es un entorno altamente expuesto a cientos de bacterias y otros microorganismos causantes de enfermedades. Se convierte por tanto en fundamental adquirir calzado sanitario cerrado antimicrobiano y receptivo a un lavado recurrente a máquina y determinadas temperaturas, para que así se adapte a las exigencias diarias de esta actividad y limite las posibilidades de contagio.
Ligeros y antideslizantes
El personal sanitario debe usar un calzado ligero con suelas antideslizantes para facilitar el movimiento y reforzar su seguridad en suelos pulidos y resbaladizos. Hay que tener en cuenta que las superficies de los centros de la salud se caracterizan por ser especialmente resbaladizos, ya sea porque hay salpicaduras de solución hidroalcohólica o por la limpieza habitual. Todo esto deja el suelo húmedo por algún tiempo.
No olvidemos la ventilación
Para estar más cómodos/as, es recomendable usar modelos que ventilen los pies. Existen muchos modelos que cuentan con orificios de ventilación juiciosamente repartidos según el nivel de protección.
Por lo general, las rejillas de ventilación en este tipo de calzado se encuentran en la parte delantera de los cascos o en los lados de ellos, algo que reduce el riesgo de maceración por transpiración y evitar la proliferación de bacterias.
Claves importantes al momento de elegir
Los trabajadores y trabajadoras sanitarias deben elegir su calzado en función de los riesgos que enfrentan en su lugar de trabajo, en busca de poder realizar sus labores en las mejores condiciones. Partiendo de este punto, repasamos las claves más importantes al momento de realizar una elección:
- Apostad por zapatos sanitarios cerrados e impermeables.
- Optad por modelos anchos que ofrezcan un buen soporte para los pies y permitan el movimiento de los dedos.
- Aseguraos de que el calzado sea impermeable y de que esté hecho de un material duradero y fácil de limpiar.
- También deben ser higiénicos, fácilmente lavables, silenciosos y sobre todo mantener los pies firmes para evitar cualquier riesgo de caída.
- Si eres mujer, decántate por un modelo con un tacón corto de no más de 4 cm.
- Es importante que los zapatos tengan suelas antideslizantes.
- Evitad los zapatos fabricados con materiales que desfavorezcan la transpiración, como los sintéticos y el charol.
- Nunca pensemos que el zapato se ajustará a al pie, sino al contrario, es el pie el que debe adaptarse a él.
Ojo, también es necesario examinar el interior antes de tomar una decisión: ¿La plantilla es de cuero? ¿Y el revestimiento del contrafuerte? ¿Lo tiene? Estos factores son claves para conseguir comodidad al caminar.
Modelos recomendados de calzado sanitario cerrado
Modelo anatómico de mujer de piel de vacuno perforado con cierre de velcro. Destaca por sus prestaciones sanitarias, comodidad y cuidado de los pies. Y, además, con un estilo estético agradable.
Forro transpirable y acolchado, con planta con espuma antibacterias y suela de nitrilo antideslizante, antiestático, ligero y flexible
Modelo de horma recta de puntera redondead de mujer excelente para toda profesional sanitaria. También con cierre de velcro y transpirable con forro interior y plantilla acolchada de tejido sobre espuma de poliuretano con tratamiento antibacterias y carbón activado.
Otro modelo de la marca Dian muy popular entre los profesionales del sector salud por sus prestaciones funcionales y su estética moderna. Destaca, además, por su absorción de energía en el tacón. Es una zapatilla tipo blucher con cierre de elástico superior y forrado interior. Plantilla acolchada y suela ultra ligera, confortable y antideslizante.
Calzado sanitario cerrado más clásico, transpirable, con resaltes acanalados en la suela, acolchado en el talón y en la plantilla interior. Diferente estético, mismas prestaciones en cuanto a comodidad y seguridad que el resto de modelos Dian comentados.
Conclusiones
Ya conocemos los criterios básicos a considerar a la hora de adquirir calzado sanitario cerrado: comodidad, higiene, ligereza, tamaño y ventilación. Acertar, sin embargo, también dependerá del campo o de la actividad que realicéis.
En el caso del calzado sanitario femenino, la forma y la altura son de gran importancia para mantener el equilibrio. Mientras que el calzado médico masculino siempre debe tener suelas antideslizantes, ser anatómicos y que cumplan con los estándares o usos habituales del mundo sanitario.
En Zapaterías Bogar contamos con excelentes modelos de calzado sanitario para hombre y mujer que cumplen con todo lo expuesto en el artículo . No dudéis en visitarnos si trabajáis en el sector de la salud.